Una investigación sobre el origen de la viticultura en el sur del Cáucaso, la vinificación en quevris y la figura del gran científico ruso Vavíloz, quien también visitó España en su periplo intercontinental.
Autores: Ocete, C.A., Ocete, R., Renobales, G., Maghradze, D., Maghradze, T., Obón, C., Rivera, D., Paadín, L., Paadín, A., Valle, J.M., Rodríguez-Miranda, A., Barahona, C., Hidalgo, J., Lara, M., Failla, O. y Nebish, A.
El presente artículo se encuentra centrado en el origen de la Viticultura en el sur del Cáucaso, dentro del llamado Triángulo de la Uva Fértil de Vavílov. Un fenómeno que acaeció en el Neolítico, cuando el hombre comenzó a seleccionar ejemplares hermafroditas, dada su mayor producción de uva, que procedían por mutación de ejemplares masculinos de la vid silvestre euroasiática y comenzó a plantarlos fuera de sus hábitats naturales Se formaron viñedos con la que se convertiría en la subespecie Vitis vinífera L. subespecie sativa (DC.) Hegi.
Los principales hábitats de las parras silvestres, pertenecientes a Vitis vinífera L. subespecie sylvestris (Gmelin) Hegi, son, generalmente, bosques de ribera, formaciones azonales, donde las parras silvestres dioicas toman como tutor a la vegetación arbustiva y arbórea circundante. Hasta hace algo más de 200 años, mucho antes de la llegada de oídio y el mildiu de Estados Unidos de Norteamérica, se cita la presencia de enormes parras en la zona que nos ocupa, con dimensiones comparables a las de mástiles de barcos.
Por otra parte, destaca el ingenio del célebre investigador ruso Nikolái Ivánovich Vavílov, que también visitó España en su periplo intercontinental.
Quervri primitivo. Su decoración imita racimos de uva. Museo Arqueológico de Tbilisi
Vavílov emprendió personalmente numerosas expediciones y organizó muchas otras más, cuyo resultado fue la creación del mayor banco de germoplasma de plantas cultivadas del mundo.
Existen diferencias morfométricas entre las semillas de las parras femeninas silvestres y las procedentes de las hermafroditas domesticadas. Las primeras pepitas de vides cultivadas que se han encontrado hasta la actualidad tienen una antigüedad de unos 8.000 años y proceden del tell de Shulaveri Gora (Georgia). Parece que ya para entonces se producía vino en recipientes cerámicos que evolucionarían hasta los tradicionales quevris. Otras pruebas de vinificación se han encontrado por todo el territorio de Transcaucasia, entre los que destacan los de la cueva de Areni 1 (Armenia), datables hace unos 6.200 años, así como en el yacimiento arqueológico de Uplistskhe (Georgia), donde aparecen lagares rupestres y bodegas excavadas en la roca con orificios en el suelo para albergar los quevris, con una antigüedad inferior a los 4.000 años. El texto también recoge la forma de elaboración del vino a partir de racimos no despalillados en este tipo de vasija.
La citada región, como centro primario de domesticación de la vid, exhibe, en la actualidad, una tremenda diversidad de variedades de cultivo, estimada en más de un millar. Entre las cuales, existe más de un centenar de ejemplares femeninos.
Vavilov en su despacho de San Petesburgo. Foto cedida por VIR, San Petersburgo (Rusia)
Nikolái Ivánovich Vavílov
Vavílov (1887-1943) estuvo al frente del Instituto de Botánica Aplicada de San Petersburgo. Su objetivo fue aumentar la producción agrícola mediante mejora genética para eliminar, o reducir, las hambrunas que periódicamente asolaban la Unión Soviética. Para ello planteó la necesidad de conocer todas las plantas cultivadas del globo, su genética, su variabilidad, su fisiología…con la mayor amplitud y profundidad que fuera posible. Necesitaba desarrollar mucha ciencia básica para aplicarla a la resolución de problemas.
La mente de Nikolai era sistemática, de modo que la exploración del mundo, la búsqueda de los centros de origen de cada cultivo (un concepto creado por él mismo), también debía serlo. Suponía que el centro originario de cada cultivo contenía la mayor diversidad y, por tanto, su máxima variabilidad genética, tanto de ejemplares silvestres como cultivados. En el caso de la vid, descubrió que su centro originario se encontraba situado entre los mares Negro y Caspio, cubriendo la zona del sur del Cáucaso, y limitado por los montes Taurus (Anatolia, Turquía) y Zagros (Irán) (Vavilov, 1926).
SOBRE LOS AUTORES
Ocete, C.A., Ocete, R. Ocete, C.A. Ocete, R freelance, Tirgo (La Rioja, España).
Renobales, G. Renobales, G. Editorial Libros del Jata (Bilbao, España).
Maghradze, D. Institute of Horticulture, Viticulture and Oenology. Grapevine and Fruits Germplasm Research, Genetics and Breeding (Tbilisi, Georgia).
Maghradze, T. T.Caucasus International University (Tbilisi, Georgia).
Obón, C. Centro de Investigación e Innovación Agroalimentaria y Agroambiental (CIAGRO), EPSO, Universidad Miguel Hernández de Elche, Orihuela (Alicante, España).
Rivera, D. Departamento de Biología Vegetal, Facultad de Biología, Universidad de Murcia (Murcia, España).
Paadín, L. Paadín, A. Paadín Eventos S.L., (A Coruña, España).
Valle, J.M. Rodríguez-Miranda, A. Laboratorio de Documentación Geométrica del Patrimonio (UPV, EHU), Campus de Vitoria/Gasteiz.
Barahona, C. SSCC. Revista 21 (Madrid, España).
Hidalgo, J. Aunia Elkartea. Laudio (Álava, España).
Lara, M. IFAPA Rancho de la Merced. Jerez de la Frontera (Cádiz, España).
Failla, O. Department of Agricultural and Enviromental Sciencies. Università degli Studi de Milano (Milán, Italia.)
Nebish, A. Departamento de Genética y Citología. Universidad Estatal de Ereván (Armenia).
Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (CSIC, UR, Gobierno de La Rioja)
Este artículo fue publicado en Enoviticultura nº 72
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