PEDRO DE DIOS. CANALEJAS DE PEÑAFIEL, VALLADOLID

Pedro de Dios

Su padre quería que estudiara, pero con 14 años quiso dejar la escuela para dedicarse el resto de su vida al campo. Hoy, ya jubilado, le gusta escribir poesía y relatos sobre su pueblo.

Autor: Cultura Líquida

Presentamos un nuevo podcast de La Memoria del Vino. Hablamos con Pedro de Dios, nacido en Canalejas de Peñafiel en el año 1947. Sus recuerdos de pequeño son claros: ver a su abuelo bajar los cubanillos por la ladera hasta el carro. Con 6 años salía de la escuela e iba al campo, que era lo que más le gustaba. Reproducimos un extracto de lo que podrás escuchar en el podcast.

Canalejas quiere decir canales. Tenemos cuatro valles y de ellos salen manantiales. Digo salen, este año sí hay pero con las perforaciones de concentración los hemos agotado un poco y hemos bajado el nivel freático. Entonces, esas fuentes estaban a 40 metros del páramo. Canalejas tenía 6 o 7 lagares en activo, estamos hablando de los años 55-60. Luego a partir de los 60 ya llegan los tractores. De chicos íbamos al portejón, que era donde se descargaba la uva, estábamos siempre activos, a ver en qué podíamos echar una mano.

En Canalejas consumíamos mucho vino. No venían los arrieros, salvo que recuerde yo, un año que hubo mala cosecha y tuvieron que traer vino de Toro. Algún otro año hemos tenido que ir a vendimiar a otros pueblos, por ejemplo a la Ribera Alta, porque aquí se había helado. Aquí consumíamos mucho vino por la gente de aquí y porque venían a comprar los de Campaspero porque ellos no tenían viñedo. Pero la mayoría de vino se producía para consumo propio, por eso había tantos lagares. Nadie estaba sin un majuelo.

Portada del libro publicado por Pedro de Dios.

Recuerdos con mi abuelo tengo muchos. Con 5 años bajaba con él a Peñafiel a recoger fruta a una huerta que había comprado en el año 40, a 7 km de aquí. Allí tenía cerezas, melocotones, de todo, porque entonces se daba muy bien la fruta. Bajábamos con un burro y un carro y allí pasábamos el día. Tenía una casita con dos pisos para dormir arriba si hacía falta o para echarse la siesta. Mi abuelo fue un hombre muy emprendedor. Fue el primero que descubrió el coco de la patata y el primero en usar motor de gasolina, no llegó a usar tractor porque dejó la viña en el año 50..

Volviendo a la viña y a los cultivos, de chicos hacíamos labores muy sencillas. Igual íbamos a escardar o  ibas con el fardel a echar el grano para sembrar remolacha o a la viña a coger palos. A mí me gustaba mucho ir a coger palos primero porque iba con mi madre, y luego porque ella trenzaba muy bien las mostelas.  No sé si conocéis las mostelas, se ponían dos vástagos debajo fuertes y se empezaban a entrelazar los palos y quedaba como una coleta. Lo hacía muy bien, tenía mucha fuerza.

Referente a las variedades, sabéis que en este pueblo la filoxera se llevó por delante todo el viñedo a últimos del siglo XIX. He oído decir a mi padre que aquí llegó a haber más de una tercera parte del pueblo de viñedo, es decir más de 1.000 hectáreas. En Canalejas no hemos tenido un vino de tanta calidad como Pesquera o Piñel por las condiciones climatológicas. Pero ahora, Canalejas está en mejor condición. El cambio climático nos está favoreciendo. Antes se nos quedaba la vendimia corta, se metía el frío y la uva no llegaba a madurar y sin embargo ahora, con el adelantamiento de 15 o 20 días, nos favorece. Las otras zonas llegan antes al grado pero no tienen otras características.

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