Un repaso a la cultura del vino con un viticultor que desde los 10 trabajó la viña. Nos habla de la poda antigua y de la actual, de los oficios vinculados a la viña y al vino, de las tinajas de su pueblo y de las cualidades del vino de su pueblo.
Autor: Cultura Líquida
Presentamos un nuevo podcast de La Memoria del Vino. Félix Fernández (1935) nació poco antes de estallar la Guerra Civil. Sus abuelos tuvieron que reconstruir todas las fincas y lo hicieron teniendo en cuenta el clima, los terrenos y la tierra que tenían.
Reproducimos un extracto de lo que podrás escuchar en el podcast.
«Yo plantaba al tresbolillo. Se ponían a 2,40 porque se araban con mula. Ahora viene el problema de que con esas viñas hubo que eliminar las mulas porque ya no eran rentables, hay que meter tractores, pero pequeños. Ahora, la gente quiere ganar mucho, meten tractores grandes y, ¿qué hacen?, cargarse las viñas. A mí me está pasando. Yo tengo mis viñas alquiladas y llevan dos años con ellas. Tengo un contrato por cinco años. En los tres que le quedan no me van a dejar ni raíces. Se las van a cargar porque son tractores que no valen. El trabajador con una buena herramienta es medio obrero. De ir con una herramienta buena a ir con una mala el rendimiento es casi del 50%.
Si hablamos de la poda, te digo que estoy totalmente en desacuerdo con cómo podan ahora. Cada cepa tiene su poda. No puedes podar todas las cepas igual. Una cepa que necesita 5 pulgares, cinco brazos, es diferente a la que necesita dos. Lo primero que se hacía era podar, sarmentar, luego ararlas. Y luego, la segunda vuelta…Primero se daba una vuelta que se llamaba alzar. Y luego cruzar. Y ahí se hacían los troncos con azadón. Se abrían para que cogieran ese barranquito que le hacías al tronco, cuando llovía cogía mucha humedad por ahí. Y luego después se daba la vuelta de San Juan, que esa se daba en el mes de junio o por ahí. Y se acumbraban las cepas. Fíjate, lo que le habías quitado en el invierno se lo ponías en el verano. Para que la cepa guardara la humedad. Y eso es lo que se hacía. Teníamos un campo aquí, que había que descubrirse. Y ahora no tenemos nada. Lo hemos tenido que abandonar porque el campo de San Martín, no haciéndotelo tú, no es rentable. Yo tuve treinta mil cepas, que serían unas 20 hectáreas.
En San Martín de Valdeiglesias sí que había algunos oficios relacionados con el vino y la viña. Había quien trabajaba la mimbre para hacer los cestos, otros hacían las tinajas de barro, en un horno. Muy antiguamente, a veces en las casas, no traían las tinajas, sino que muchas veces la tinaja la hacían ya cuando se iba a construir la casa, abajo, en la bodega. Se hacían allí antes de hacer la casa. Antes de hacer la casa se hacían la bodega y la cuadra para meter las caballerías.
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