CARMEN DELGADO Y CARLOS PECHARROMÁN. FUENTENEBRO, BURGOS

Carmen (1941) y Carlos (1935) llevan viviendo toda la vida en Fuentenebro. Han trabajado la viña desde muy pequeños, pero también ha cuidado los animales, la huerta, el despacho de leche, etc. Siguen teniendo viña y un antiguo lagar en Fuentenebro 

Autor: Cultura Líquida

Presentamos un nuevo podcast de La Memoria del Vino. La simpatía que desprende Carmen es contagiosa y su memoria al recordar toda una vida en Fuentenebro asombrosa. Carlos, con casi 90 años, va todos los días al campo a trabajar. Una vida intensa y de mucho trabajo en una época muy dura que detalla con esmero. 

 Reproducimos un extracto de lo que podrás escuchar en el podcast.    

 «Llevo viviendo en Fuentenebro desde que tenía tres años, sin salir del pueblo nunca. Hemos ido a Madrid y hemos hecho algún viaje por ahí, pero más de ocho días nunca. Nos tira mucho la casa y en el pueblo hemos estado siempre. 

 Mi madre nació aquí, en esta casa que fue de mis abuelos y que se la compramos cuando nos casamos. Desde que tengo uso de razón he trabajado en la viña, yendo a sarmentar…desde muy pequeña. En cuanto valías para hacer algo, te ponían a trabajar. Al campo, al arroyo a coger agua…porque antes no teníamos agua en las casas, tenías que ir a lavar. Al salir de la escuela cogías un cunacho y una azadilla…y a coger hierba para los conejos. Teníamos conejos porque había que comer y entonces era todo muy muy escaso. Y a sembrar patatas, a cavarlas, a regarlas, a lo que fuera, en cuanto podías hacer algo tenías que colaborar. Aparte de los conejos teníamos vacas de leche, vacas de campo, gallinas, pollos. 

 A mi padre no lo he conocido, tuve la desgracia de que murió cuando yo no tenía todavía ni los dos años, y mi madre paralítica toda la vida, así que mi vida no ha sido un camino de rosas.  

 Trabajábamos las viñas que habían sido de mi madre, porque mi padre era de Caleruega y mi madre de aquí. Mis tíos nos trajeron los muebles y las cosas con carros porque es lo que había antes, carros y burros, no había otra cosa. Ibas por la mañana a la escuela, pero por la tarde tenías que ir al campo o tenías que ir a lavar porque mi madre no podía, entonces ese día no ibas a la escuela tampoco.  

Con mi marido, y de soltera, araba con vertederas, con ganado. Luego ya vinieron los tractores. Se iba sacando la tierra de la cepa para afuera y quedaba el cordoncillo que se llamaba, y un hijo mío, que se me murió hace dos años y yo, desde bien pequeño él, con la azadilla a quitar el cordoncillo a las viñas para que no tuvieran hierba. Nosotros las viñas las hemos tenido super cuidadas. Las uvas que teníamos plantadas eran pirulés, del país, valenciana, blanco viura. Para comer la que más me gustaba era la blanca del país. La negra no me gusta comerla. 

Nosotros teníamos dos lagares. Ahora hay uno que estamos restaurando. En el que tenemos arriba en el pueblo echaba el vino muchísima gente; en el de abajo sólo nosotros. Había muchísimos lagares en el pueblo. El único que ha quedado en pie en el pueblo es el nuestro. Al lagar de arriba le llamaban el lagar de las ánimas. Y el de aquí abajo, que está hundido, que lo teníamos con unos socios, se llamaba el lagar de los bergones. Cada lagar tenía un nombre, el de los genaros, el de los honrubianos…Había muchísimos. 

Después de casados, un año hicimos unas 25 cántaras y luego ya vendíamos la uva. El vino se vendía a los arrieros, que venían los domingos de la sierra, de Navales, Pradales, de todos estos pueblos de alrededor que no tenían vino. 

Estamos hablando de hace unos 40 años. Cuando venías de vendimiar tenías que ir a ordeñar porque teníamos vacas de leche. He estado unos cuantos años ordeñando a mano, luego ya compré una ordeñadora. Porque luego venía la gente a comprar la leche aquí a casa. Tenía seis o siete vacas de leche, de las otras había bastantes más.  

 Ahora se han vuelto a plantar muchas cepas, pero es que antiguamente había habido muchísimo viñedo en Fuentenebro. Antes de la filoxera había muchísimas viñas, en unas laderas donde apenas se tenían las cabras. Dicen que esta zona es muy buena por la altura que tenemos»..  

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