Nació en 1945 y sigue viviendo en su mismo barrio de Peñafiel (Valladolid). Sus primeros recuerdos de la viña se remontan a su infancia, cuando aprovechaba la siesta de su padre para coger las tijeras e ir a podar porque era tan pequeño que solo le dejaban coger palos.
Autor: Cultura Líquida
Reproducimos un extracto textual de la conversación que mantuvimos con Rufino Lerma en la nave agrícola que la familia tiene en Peñafiel.
Puedes escuchar el podcast entero en La Memoria del Vino
Valle de la comarca de Peñafiel
«Siempre viví en Peñafiel y en el mismo barrio, aunque ahora vivo cuatro casas más abajo de la casa en la que nacimos los cuatro hermanos que somos»
«Los primeros recuerdos del trabajo en la viña los recuerdo con mucha ilusión porque siempre me ha gustado. Tendría 11 o 12 años. Antes se araba con machos y a partir de junio se araba con dos machos, uno delante del otro. Al de delante había que llevarle del ramal, el de atrás lo dirigía. Delante solía ir yo, desde muy crío, para llevarle, para que no se arrimara a las viñas y no rompiera los tallos. Lo llevaba a la orilla y daba la vuelta para ir a otro líneo. Había que ir con mucho cuidado porque si tocabas los tallos…»
«Siempre he tenido mucho afecto a la viña, siempre me ha gustado. De pequeño ni mi padre ni mi hermano me dejaban podar, yo iba cogiendo palos
Rufino, viticultor de Peñafiel
«El arado se llamaba la araña y para un solo macho costaba mucho, y entre dos se hacía mejor. Si el líneo era corto se podía hacer con un solo macho, o si era para un rato, pero si estabas todo el día no se podía hacer con un solo macho. Se repartía la carga entre dos».
«Siempre he tenido mucho afecto a la viña, siempre me ha gustado. De pequeño ni mi padre ni mi hermano me dejaban podar, yo iba cogiendo palos. Ellos después de comer se echaban un poco y yo me cogía las tijeras y me iba a podar. Me gustaba mucho podar».
«Mis dos abuelos tenían viña pero yo no los he conocido. Mi padre Teodoro y mi madre Ciriaca también tenían viña, de siempre teníamos viñas. Hacíamos vino, teníamos una lagareta en la misma bodega donde conservábamos el vino que hacíamos. La lagareta estaba en la parte de arriba y por su propio peso bajaba a los cubetas. Era vino para consumo y para algún amigo».
«Mi padre me enseñó sobre el tema de la poda aunque yo ya lo veía, y de verlo se te queda. ¿El secreto de la poda? Ahora los modernos lo quieren podar más feo, los cortes no los arriman tanto y no queda bonito. Bueno, parece feo para este año, pero ese que has dejado para el año que viene le cortas a rape y ya está seco, y luego le cortas otro año».
«Antes la cepa se trataba a lo bruto, no es como ahora que hay que tratarla como a un niño. Entonces la poda en verde se hacía pero no como ahora, tampoco se quitaban uvas antes. Antes se iba al tema de producción a sacar kilos porque entonces no se pagaba por grado sino por kilos. Si podías coger 1000 mejor que 700».
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